Hay cosas que no se pueden contar…
Eso pensaba hace algún tiempo. El año pasado por los meses de junio y julio sufrí hostigamiento laboral. Una situación realmente incómoda, que me hizo replantearme los cinco años de carrera que había pasado.
Quise canalizar la situación sin problemas, pero era una evidente molestia. Una persona que me gritaba, amenazaba con echarme de mi lugar de trabajo, que me retiraba la palabra, y me echaba la culpa de sus incompetencias.
Entonces me había quedado callada, no podía reconocerme. Siempre había sido una mujer fuerte y había quedado reducida a una muchacha temerosa. Incluso recibí un reconocimiento como Mujer del Bicentenario… me preguntaba a mi misma irónicamente ¿Cómo había podido permitir aquello? No lo entendía.
Pero gracias a Dios hubieron muchas personas que me cuidaban y me defendían de esa persona. Me siento muy agradecida en verdad, si algún día leen esto, MUCHAS GRACIAS.
De todas esas personas, hubo alguien que en serio notaba mi miedo, incomodidad y me defendió, estoy muy agradecida con usted, que se convirtió en mi jefe, y también en algo así como un padre en el centro de trabajo. De este jefe aprendí mucho, me sentí firme en mi fe en Dios, nos cuidaba a todos siempre, velaba por nuestra salud, la amistad y alegría.
Muchxs probablemente difieran con el trato, pero de esa persona me llevo CÓMO DEBE SER UN JEFE PARA CON SUS COLEGAS, cuidarles, levantarles el ánimo, ser una amistad.
AY… 15 de Marzo y de verdad necesitaba decirlo.