Otro artículo sin sentido
Son las 20 horas con 54 minutos, y se me dio por escribir. La verdad, no fue un día de mucho ánimo, fue un día emocionalmente complejo.
Tenía bastante por hacer BASTANTE, y al final hice un 7%, ¿Por qué 7? No lo sé, pero ese debe ser un aproximado.
Hay un tema que estuvo rondando por mi mente estos últimos días. “EL FAMOSO NOMBRE DE PROMOCIÓN”.
Terminamos la universidad, ya empezamos la carrera de ingenieros, pero aún no soltamos ese cordón umbilical, no hasta que obtengamos el título, al parecer. Cosas de la vida… (Quise poner una frase interesante, pero no se me ocurrió, así que repetiré) Cosas de la vida.
Hace menos de un año, falleció uno de nuestros compañeros de clase, fue una noticia muy triste, un acontecimiento que personalmente me hizo reflexionar en que la vida es un segundo, hoy estamos y mañana… Mañana quien sabe, y deberíamos VIVIR cada segundo de nuestro presente.
Y bueno, volviendo al tema del “Nombre de la promoción”, creí que éste debería ser uno con el que nos identificáramos, por lo que propuse el nombre de esa persona. Porque creía que no podía identificarme más con otro nombre que no fuera aquél, un nombre lleno de humanidad como cualquiera de nosotros en la promoción. Pero al parecer me equivoqué, porque terminó ganando el nombre de un Premio Nobel en Economía. Que, no me malinterpreten, porque bueno, la democracia es la democracia, así de simple. Y como buena ciudadana que soy debo aceptarla.
Pero (Ya sé, ya sé… Yo y mis torpes Peros) ¿Por qué ese afán del viejo cliché? ¿Por qué deberíamos encontrar identidad en esos apellidos brillantes, perfectos y DESCONOCIDOS? ¿Por qué no podemos simplemente ser nosotros y pronunciar con orgullo quienes somos?
Claro, imagino que muchxs de ustedes dirán: ¿TE HAS ENTERADO ACASO DE ESOS NOMBRES LUSTROSOS DE NUESTRA SOCIEDAD? ¡Pero que ignorancia! .
Y es que… (Desde un punto de vista personal) prefiero sentirme yo, suficientemente capaz de hacer cosas increíbles, dejar mi propia marca en la sociedad, que la de llevar una ajena, la de probablemente una persona gringa que encontró una pasión distinta a la que me tenga preparada la vida.
Qué terrible, qué sinvergüenza, qué barbaridad!!!
Probablemente, es muy probable. Pero prefiero ser yo, o llevar un nombre con el que me siento identificada, una persona que conocí, que me hizo reír, con la que compartí momentos (académicos y amicales, vale aclarar, porque con esto de la tecnología, todo el mundo se cree capaz de emprender una cacería de brujas) en mi desarrollo universitario; que con un desconocido, cuyo nombre estoy segura que dentro de unos meses voy a dejar en el olvido.
Quizá se lea como una queja, quizá quizá quizá (como dice la canción). Pero me hace preguntar, lo ruda que puede resultar la democracia. Ignorando de sopetón otras perspectivas.
Bueno, respeto las decisiones tomadas. Y este fue un pequeño escrito de lo que vuestra servidora traía en su mente.
Una tontería, quién sabe.